Los
amigos de platos más intensos lo tienen fácil en
Ciudad Rodrigo, pues no hay digestión pesada si
esta se hace disfrutando de un placentero paseo
por la muralla que rodea el casco antiguo de la
ciudad.
El
“cocido charro” es uno de esos platos enemigos
de la indiferencia, con sus piezas de cerdo
ibérico (tocino, pie, oreja, rabo…), con el
relleno, el chorizo y la morcilla típicos de la
zona… Otra forma de alcanzar el cielo,
especialmente en tiempos de Carnaval, son las
alubias con oreja o rabo de cerdo.
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