Hay
otros primeros platos típicos de la cocina
castellana “adaptados” utilizando los productos
de la tierra de Ciudad Rodrigo, como las patatas
rebozadas o “a la importancia”, patatas de la
vega del río Águeda rebozadas con harina y
huevo, fritas y después cocidas con laurel y un
sofrito de aceite, ajo, cebolla y perejil.
O las
archiconocidas sopas de ajo, aquí salpicadas con
tropezones de jamón ibérico.
En
época de Cuaresma, tras los excesos de Carnaval,
se conserva la costumbre de consumir alimentos
basados en la tradición cristiana que prohibía
comer carne, dando paso a platos como el
escabeche, una especie de ensalada formada por
chicharro escabechado, huevo cocido, aceitunas
negras, cebolla, pimiento morrón y sal.
Otro plato “sustitutivo” en época cuaresmal es
el potaje de garbanzos, que cambia las piezas de
cerdo por el bacalao, un producto con raigambre
en la gastronomía de la frontera entre España y
Portugal.
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